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Vías Ferrata I. Qué son, historia, graduación de dificultad

¿Sabes qué es una vía ferrata? ¿Cuál es su centenaria historia? Hay diferentes grados de dificultad? ¿Cómo entender su graduación y su riesgo? En este artículo os lo explicamos.

Las Vías Ferratas son un medio para que un buen número de personas se inicien en las sensaciones y vértigos de la escalada. Pero no conviene pensar en ellas como un mero elemento de aprendizaje: para las más experimentadas, sean escaladoras o no, también son un fin en si mismas, sobre todo si se internan en aquellas ferratas de mayor nivel y dificultad.

Algo importante antes de empezar

Éste es el primer artículo de una serie de 3 sobre esta modalidad de la escalada. En él, os explicamos qué es una vía ferrata, su historia y sus antecesores y, finalmente, su sistema de graduación de dificultad y riesgo. Algo que no es especialmente conocido; hay quien considera que, puesto que es algo equipado, se trata de algo sencillo en el que la seguridad y paso están garantizados.

Antes de seguir, una recomendación muy importante: si no tenéis experiencia, no os internéis en una vía ferrata sin haber leído este artículo: Vías Ferrata II. Cómo evitar el grave riesgo por factor de caída. El disipador

¿Por qué? Básicamente porque, si cometemos un error común, que es el de emplear para asegurarnos dos mosquetones cualquiera con dos cabos de anclaje, sin emplear un disipador especial para vías ferrata, estamos poniéndonos en grave riesgo. En ese artículo os explicamos el por qué, con el objetivo de que nadie se interne en una sin el empleo del disipador.

Y si queréis conocer todo el material necesario para afrontar una, tanto el obligatorio de seguridad como el más adecuado, en el tercer artículo, Vía Ferrata III. Material técnico y de seguridad imprescindible y obligatorio os sacamos de dudas

¿Qué es una vía ferrata?

Se trata de itinerarios verticales y horizontales (flanqueos) por los que podemos transitar gracias al diverso material instalado de forma permanente en los mismos -grapas/escalas, clavijas, pasamanos, cadenas, puentes, etc-. Este equipamiento permite, previa formación, o acompañados de un guía, que sean accesibles a personas sin conocimientos ni experiencia en escalada en roca, como senderistas o montañeros.

Además, una Vía Ferrata debe contar con los elementos necesarios para el aseguramiento y autoprotección de quienes transitan por ella, normalmente por medio de un cable de vida.

Este aseguramiento y autoprotección difiere de las técnicas empleadas en escalada, y por tanto, parte del material empleado es específico para esta actividad (mosquetones, disipadores, etc). Muchas técnicas son también diferentes.

Vía Ferrata. Foto: CT Barrabes, José Carlos Iglesias
Vía Ferrata. Foto: CT Barrabes, José Carlos Iglesias

Historia de las Vías Ferratas

Podemos encontrar en muchas montañas del mundo antiquísimos sistemas precursores de las vías ferratas. Estos han permitido el tránsito por las montañas a los humanos desde el Neolítico. La necesidad de pastoreo, caza, leña, acceso a lugares con agua, a lugares sagrados y telúricos, propició que las diferentes sociedades "equiparan" pasos complejos.

Muchos de estos sistemas se han seguido utilizando hasta tiempos recientes, y en lugares como los cañones de la Sierra de Guara se sitúan numerosas huellas de los mismos. Algunas -especialmente las marcas o agujeros en la roca de sistemas ya desaparecidos que llevan a lugares sagrados inaccesibles- tienen miles de años de antigüedad.

Restos de antiguos pasos verticales en la Sierra de Guara. Foto: A. Puyo
Restos de antiguos pasos verticales en la Sierra de Guara. Foto: A. Puyo
Marcas en la roca de viejos sistemas milenarios en Guara. Foto: Alex Puyo
Marcas en la roca de viejos sistemas milenarios en Guara. Foto: Alex Puyo
De hecho, muchas de estas primitivas ferratas siguen empleándose: son famosas las "ferratas bereberes" del Atlas, entre las que destacan las de Taghia. Verdaderas obras de arte que entre piedras y palos crean auténticos caminos que, de forma inverosimil, se sostienen en el vacío permitiendo no solo el paso de personas, sino también de mulas y ganado a través de paredes de más de 300 metros de altura completamente verticales.
Ferrata bereber en Taghia. Foto: Álvaro Lafuente
Ferrata bereber en Taghia. Foto: Álvaro Lafuente
Sin embargo, tal y como las conocemos, suele considerarse que la primera ferrata de la historia se instaló en 1843, cuando se equipó la vía más utilizada para acceder al pico Hoher Dachstein, de forma que que pudiera ser más fácilmente accesible. En 1869 se repitió la experiencia en el monte Großglockner, también en Austria.

Las famosas clavijas de Cotatuero, en el valle de Ordesa, fueron instaladas en el año 1881 con el fin de facilitar el acceso a la Brecha de Roldán a los cazadores de sarrios británicos; no hizo mal trabajo el herrero de Torla, y hoy, en perfecto estado, siguen siendo usadas por miles de amantes de la montaña cada año.

La primera ferrata de Dolomitas se creó en la Marmolada en 1903 y, por asuntos militares, Dolomitas iba a ser el lugar en el que se extendieran por doquier este tipo de instalaciones: se crearon para su uso por los soldados italianos del frente austrohúngaro durante la 1ª Guerra Mundial. En esa batalla entre Austria e Italia, el objetivo era ganar la posición de las cimas de los picos para poder instalar en ellas controles de observación y baterías de fuego.

Línea de vida en una Ferrata en Dolomitas. Foto: HelenLovesMountain
Línea de vida en una Ferrata en Dolomitas. Foto: HelenLovesMountain
Llegada la 2ª guerra mundial, la necesidad de uso de estos enclaves resurgió para Partisanos y ejércitos en contienda, y las mismas se adaptaron a los tiempos. Las viejas infraestructuras comenzaron a reemplazarse por cables de acero, escaleras metálicas y clavijas. Finalizada la contienda, empezaron a tener un uso turístico y deportivo lo que, junto a un interés histórico, propició que la mayoría de ellas se actualizaran o restauraran.

Habían nacido las ferratas modernas y, a pesar de que las dolomíticas siguen siendo las más famosas del mundo, su expansión ha sido imparable por todo el planeta.

Graduación de dificultad de las Vias Ferrata

Las vías ferratas pueden tener diferentes niveles de dificultad técnica, física, y asunción de riesgo. Las homologadas usan graduaciones específicas, siendo la más empleada la actualizada de Hüsler.

Eduard Hüsler nació en Suiza en 1944. Aficionado a las ferratas, se encontró conque la abundancia y popularización de las mismas creaba problemas, ya que las personas que se internaban en una de ellas podían encontrarse desde una fácil trepada llena de grapas que conformaban escaleras hasta lugares comprometidos y técnicos.

Para evitar situaciones indeseadas, decidió crear una graduación que, como ocurría con el alpinismo y la escalada, permitiera a quien deseara trepar por una saber a lo que se iba a enfrentar, de manera que pudiera decidir y elegir la más adecuada a su nivel y apetencia. La graduación iba desde la A (Poco difícil) hasta la E (Extremadamente difícil), teniendo en cuenta 4 factores:

  • Fuerza necesaria
  • Resistencia y forma física necesaria
  • Experiencia en montaña y escalada
  • Cuestiones psicológicas y gestión del riesgo

Valorando estos factores, se gradúa la vía. Como puede verse, y a diferencia de las clasificaciones estándar de escalada, en el grado de dificultad se incluyen los factores subjetivos inherentes a la actividad, como el patio y sus consecuencias psicológicas, el miedo, el compromiso...

En 2007, el mismo Hüsler reformó esta graduación. Pensó que sería necesario algo que indicara que esa clasificación hablaba de una ferrata, para evitar confusiones con otras, y añadió la letra K (de Klettersteig, via ferrata en alemán), cambiando las letras por números.

Es la escala más utilizada hoy en día:

  • K1: Fácil
  • K2: Poco difícil
  • K3: Algo difícil
  • K4: Difícil
  • K5: Muy dificil
  • K6: Extremadamente difícil

En ocasiones, también veremos el sistema alpino de graduación (F, Fácil, PD, Poco Difícil, AD, Algo Difícil, D, Difícil, MD, Muy Difícil, y ED, Extremadamente Difícil), pero tiene un problema: es igual que el de vías alpinas. El sistema de K tiene la ventaja de que no lleva a confusiones sobre el tipo de actividad.

Es muy importante conocer esta graduación. Aunque solo sea saber que existe. Especialmente en gente novata, a veces parece entenderse que, si se trata de una ferrata, es un lugar preparado para transitar sin mayores complicaciones, que es algo sin peligro ni riesgo que nos genera sensaciones muy fuertes, a la manera de un parque de aventura. No es así: existen de diferentes dificultades, con diferentes riesgos que asumir.

Una vez más tenemos que decir que, como todas las desarrolladas en la montaña y en el medio natural, una actividad como las vías ferratas requiere de conocimientos técnicos y de seguridad adecuados, y en la mayor parte de las ocasiones la mejor idea será contratar un guía homologado para transitarlas con seguridad y aprender las técnicas básicas y avanzadas.

Foto: Barrabes
Foto: Barrabes

Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.

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