Ternua: tecnicidad, innovación y sostenibilidad

La experiencia de los balleneros vascos en las costas de la gran isla Terranova, actual Canadá, y documentada desde hace varios siglos, fue el ejemplo en el que quiso mirarse esta empresa guipuzcoana para comenzar a realizar sus productos. La caza de ballenas con métodos artesanales era algo reservado solo a personas intrépidas y aventureras y hacia gente con esas inquietudes se dirigen hoy.

Terranova, cuyo nombre en euskera es Ternua, es todavía hoy en día un lugar lejano y con clima hostil, pero en aquella época de los balleneros vascos las condiciones para sobrevivir ahí eran más que exigentes. Teniendo siempre como inspiración esos orígenes de esfuerzo colectivo y vivencia en la naturaleza, Ternua lleva casi 30 años fabricando material para las actividades más técnicas del alpinismo y la escalada, trasladando su conocimiento especialista y primando la sostenibilidad medioambiental a toda la gama.

La historia de Ternua comienza en 1994 con su primera gama de textil dirigida a aquellas personas apasionadas por la montaña. En sus orígenes Ternua ya mostró lo que iba a ser una constante respecto al cuidado del medioambiente con la adopción de cuatro ballenas a través de WDC (Whale and Dolphin Conservation, conservación de ballenas y delfines). Fue en ese mismo año inicial en el que comienza la colaboración con los hermanos Iñurrategi para equiparlos en su aventura de conseguir la conquista de los 14 ochomiles en estilo alpino y sin oxígeno asistido, conseguido finalmente por Alberto en mayo de 2002.

Apenas cinco años después de iniciar su andadura como empresa, otra gesta vino a engrandecer la fama creciente de Ternua. Otro de sus más grandes colaboradores, el experimentado alpinista Juanito Oiarzabal, logra en mayo de 1999 la conquista del Annapurna, su decimocuarto ochomil, convirtiéndose en la sexta persona en subir todos los ochomiles, tercera en hacerlo sin oxígeno y primer español.

Otra de las colaboraciones estrella fue con Patxi Usobiaga donde, además de sus numerosos encadenamientos en roca con multitud de octavos y varios novenos, triunfó en las competiciones de escalada de dificultad, proclamándose campeón de Europa en 2008 y del mundo en 2009. En ese mismo año, llegó el reconocimiento internacional gracias al Piolet d’or de Kazuya Hiraide y Kei Taniguchi, siendo Taniguchi la primera mujer en conseguir tan preciado galardón.

Paralelo a los éxitos deportivos, el camino de esta empresa hacia la sostenibilidad es imparable. Ya desde los primeros años, el respeto a la naturaleza y una filosofía que lleva a explorar ha sido su razón de ser. El lema de la marca “non gogoa, han zangoa” (donde van tus pensamientos, van tus pasos) es un antiguo proverbio vasco que refleja esta forma de pensar.

En Ternua la sostenibilidad es un factor irrenunciable. Tratamientos DWR (Durable Water Repellent, repelencia duradera al agua) sin procesos tóxicos o contaminantes, tejidos reciclados y reciclables, uso de textiles orgánicos, certificación Bluesign… la lista es extensa y cada vez va a más, lo que además de ser medioambientalmente responsable consigue premios internacionales como los logrados en 2002 y 2015 con el premio de oro de ISPO.

Hoy en día, varios procesos como el de productos totalmente libres de PFC, el uso de algodón orgánico o utilizar únicamente pluma reciclada están plenamente conseguidos. Otros como usar poliamida o poliéster reciclado o certificado Bluesign cuando no sea posible el reciclaje, están a punto de lograrse en toda la gama.

Como en el pasado, la aventura y el contacto sostenible con la naturaleza están en la seña de identidad de Ternua.