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Nepal. Nuevas normas en Everest 2020. ¿Servirán para algo?

Las fotos de los atascos en Everest que dieron la vuelta al mundo fuerzan a tomar medidas al gobierno nepalés.

Campo base del Everest. Foto: Javier Camacho
Campo base del Everest. Foto: Javier Camacho

Se está convirtiendo en un clásico anual el anuncio del Gobierno nepalés de algún tipo de baterías para intentar solucionar los problemas que se originan en el Everest en la temporada de premonzón (primavera).

Algunas de estas medidas han resultado verdaderamente efectivas: por ejemplo, hace 3 años saltó la alarma de la basura acumulada en el techo del mundo, lo que provocó la puesta en marcha tanto en la vertiente tibetana como en la nepalesa de la montaña de sucesivas expediciones que han conseguido eliminar prácticamente toda la basura existente en la montaña (solo estos dos últimos años, en la sur, se han sacado 40.000kg acumulados de basura, mientras que la norte queda totalmente limpia), además de retirar muchos de los numerosos cuerpos que en ella se encuentran.

Este año la noticia que dio el salto al gran público, motivo de mofas y memes, fueron las fotos de las interminables colas acontecidas el día del ataque a cumbre. Ya se sabe: una vez equipada la montaña, y aclimatado el personal, queda esperar a la ventana de buen tiempo. Y cuando esta ocurre, hay que aprovecharla, y debido al número de permisos expedidos, y a la cantidad de guías de altura que requieren los poseedores de estos permisos, se bloquea la ruta. Solo decir que el pasado día 22 de mayo fueron 200 las personas que bloquearon el camino entre el campo 4 y la cima.

Atascos que traen consecuencias: 9 alpinistas fallecieron en la sur del Everest, y se confirma que al menos 4 de ellos fueron consecuencia de las esperas en ruta. No solo se trata de lo que supone bloquearse a 8.000m, es que prácticamente todas las personas llevan oxígeno suplementario, y cualquier problema técnico en el sistema, sin posibilidad de descenso rápido, es fatal.

El gobierno chino, que no depende de la economía del turismo himaláyico, tomó medidas drásticas tras similares problemas en años anteriores, y casi cerró la montaña para esta temporada, aprovechando además para, en una gran campaña de limpieza, dejar completamente sin basura y sin cuerpos la norte del Everest.

Ahora toca reaccionar al Gobierno de Nepal, tras la mala imagen dada y el número de muertos de este año, y visto que las limitaciones de permisos por si solas no han surtido efecto, anuncia estas 3 medidas:

  • Obligatoriedad de haber ascendido con anterioridad al menos un pico de más de 6.500m, además de los certificados médicos que acrediten que se está en condiciones de alcanzar los 8.848m.
  • Acompañamiento de guía nativo
  • Las Agencias de trekking deberán demostrar al menos 3 años de experiencia en expediciones de altura.
  • Obligación de aportar la prueba de haber pagado al menos 35.000 dólares para la organización de la expedición, 20.000 en el caso del resto de los ochomiles.

La primera de las normas pretende confirmar la capacidad de quien intente la cumbre. La obligación monetaria, según el Gobierno nepalés, se crea tras comprobar que varias de las muertes de este año ocurrieron por la nueva modalidad de expedición “low cost”, que trae consigo falta de material y recursos.

La obligatoriedad de agencia y guía parece cerrar la montaña a alpinistas y equipos individuales buscando nuevas rutas y nuevos proyectos y, en cualquier caso, y si no se limitan los 381 permisos concedidos esta pasada temporada, promete mayores atascos.

Estos puntos han sido sugeridos por un comité de expertos reunido a propuesta del gobierno, y el Ministerior de Turismo de Nepal afirma que va a tratar de introducirlas lo antes posible. Para ello, ya trabaja en la propuesta de ley para su aprobación en el Parlamente nacional.

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