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Simon Messner y Martin Sieberer abren Goodbye Innsbrooklyn, Tirol, grado VIII UIAA

Una vía alpina y comprometida, en una cara norte del Tirol que les ha supuesto congelaciones en los pies: Simon Messner y Martin Sieberer abren Goodbye Innsbrooklyn en Tirol.

Martin Sieberer y Simon Messner, en Goodbye Innsbrooklyn. Foto: FB Simon Messner
Martin Sieberer y Simon Messner, en Goodbye Innsbrooklyn. Foto: FB Simon Messner
Simon Messner y Martin Sieberer han conseguido abrir una vía en la cara norte del Schrammacher (3.410m), en Valsertal, Tirol, a la que han llamado Goodbye Innsbrooklyn.

Los datos pueden no parecer muy altos para los estándares actuales: 500 metros, VIII UIAA (más o menos un 7b en escala francesa). Pero, como es sabido, en el alpinismo los números, en la mayoría de ocasiones, son solo una parte de la escalada. “Repetir la vía requiere de alta experiencia en todos los terrenos del alpinismo -nieve, hielo y roca quebradiza-, así como ser muy bueno en planificación y tácticas”, afirma Messner. Y, por supuesto, aceptar el compromiso de una escalada así, con sus limitaciones de seguridad.

Goodbye Innsbrooklyn, en el Schrammacher. Foto: FB Simon Messner
Goodbye Innsbrooklyn, en el Schrammacher. Foto: FB Simon Messner
La vía es muy comprometida y les ha costado años encontrar las condiciones adecuadas, ésas en las que “no hay demasiada nieve del invierno y no han llegado las grandes caídas de piedras de primavera/verano”. No es la primera vez que se dan, pero en la anterior ocasión, al llegar a pie de pared, se encontraron conque les habían robado parte del material que habían depositado.
Goodbye Innsbrooklyn, en el Schrammacher. Foto: FB Simon Messner
En Goodbye Innsbrooklyn, en el Schrammacher. Foto: FB Simon Messner
Comenzaron temprano con sus esquís hasta el pie de la pared, se calzaron las botas de montaña, los crampones y los piolets para comenzar, y después pasaron a los pies de gato para las zonas de roca más complejas. Sin embargo, escalar una norte alpina en condiciones invernales no es lo más adecuado, y les ha traído consecuencias: “poco a poco me voy recuperando de mis congelaciones en los dedos del pie, que van volviendo a la vida”, según Messner.

Sobre el nombre, se trata de una despedida a Innsbruck, “tras tantos años aquí, y solo unos días nates de que mi novia y yo partamos a comenzar una nueva vida”.

Goodbye Innsbrooklyn, en el Schrammacher. Foto: FB Simon Messner
Goodbye Innsbrooklyn, en el Schrammacher. Foto: FB Simon Messner

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