Es terreno de aventura. Llegar hasta el campo base les supuso un esfuerzo de otros tiempos en el que tuvieron que intervenir camellos, camelleros y en el que hubo que aunar muchas voluntades. Son las ventajas y desventajas de visitar una vertiente que recibe una expedición cada dos décadas. Una vez en la montaña, el equipo va poco a poco superando las dificultades del pilar, y ya han instalado el campo 3 en una plataforma a 7250m de altura.
En un principio tenÃan que llegar a la montaña, y lo consiguieron, que no es poco. Cruzaron los rÃos que son el principal escollo en la aproximación, y cuando los camellos no pudieron continuar, tuvieron que cargar ellos con todo, ya que los porteadores chinos, que desconocÃan la zona, se volvieron alegando que eso no era, evidentemente, el Muztagh Ata.
Con esfuerzo que les desgastó, Gerlinde Kalterbrunner, el argentino Tommas Heinrich, Ralf Djumovic, Darius Zaluski, Maxut Zumayev y Vassiliy Pivtsov comenzaron el trabajo en la montaña, arañando metro a metro. En su última incursión, de 5 dÃas y 4 noches en altura, consiguieron instalar el campo 3, regresando al 2, e incluso pensaron en volver a remontar hasta el 3 a la mañana siguiente para comenzar a abrir la ruta hasta el 4, pero la larga e inusual ventana de buen tiempo que empezó el 19 de julio tocó a su fin y el viento les hizo desistir.
Están realizando un buen trabajo en equipo, en el que todos ascienden, portean hasta los campos de altura por la pared, y una cordada abre la ruta y fija la cuerda, con çGerlinde en numerosas ocasiones a la cabeza. Para que nos hagamos una idea de lo que supone abrir en un lugar asÃ, a Gerlinde y a Ralf les costó 11 horas alcanzar el campo 2 desde el 1 con el material. Y mientras, sus compañeros cargaban con las cuerdas y los campos de altura por detrás, para turnarse después. Durante este tiempo la nieve caÃa en ocasiones, lo que les obligaba cada dÃa a abrir huella en nieve profunda. Varias avalanchas azotaron la ruta, aunque por suerte no se vieron alcanzados por ninguna.
Ahora se encuentran descansando por varios dÃas en el campo base. Su próxima salida será ya para montar el último campo, y quizás realizar un intento a cima.
Fotos: National Geographic/Ralf Djumovits; National Geographic/Gerlinde Kalterbrunner, por su cortesÃa, reproducidas con permiso expreso de los autores.




