Vídeo: Michaela Kiersch encadena Era Vella, 9a, Margalef
Una productiva visita de 1 mes de Michaela Kiersch a Margalef culmina con su segundo 9a+, Víctima Perfecta, y con la escalada de Era Vella, 9a. Aquí está el vídeo de la 2ª.
Todas las actividades que se practican en el mundo de la montaña tienen su material apropiado, y suele ocurrir que la dificultad a la hora de elegir el material no reside tanto en la escasez de productos que se adapten a nuestras necesidades, sino en el exceso de ellas que nos complica la elección y nos hace estudiar las compras importantes durante días.
Si bien esta prueba es un test de las botas Bestard, el uso continuado durante tiempo de los modelos de 5.10, y el hecho de que prácticamente sean las dos únicas botas de alto rendimiento del mercado, hace que en numerosas ocasiones comparemos los dos modelos, encontrando sus pros, contras, diferencias y similitudes.
Nada más abrir la caja y ver las botas, uno se da cuenta de que el concepto es un poco diferente al de 5.10. Estamos ante una “bota”, con fabricación y hechuras similares a las de las botas de montaña, frente al concepto más acuático que suponen las Canyoneer. Estamos ante una bota de montaña, con lo que eso implica. Es un aspecto excelente, que tiene que ser probado en su terreno: el acuático.
Sustituye las hebillas característicos por cordones. Esto es más incómodo, pero es posible que proporcione un agarre más uniforme y una mejor sujeción, algo similar a lo que ocurre con los pies de gato de cordones frente a los de velcros.
Nos llama la atención su polaina. Si funciona, será un avance, porque impedirá la molestia tan habitual que supone cuando las gravillas entran en el pie durante la actividad.
Todos sabemos que hay veces en las que hay que colocarse las botas de barrancos en lugares un poco peregrinos. Así que nos interesa conocer la facilidad de calce y lazada de la bota. La boca es ancha, y con polaina y todo, es muy fácil de colocar. La lazada evidentemente es más compleja que la colocación de hebillas, es algo que casi no hace falta ni probar para saber. Los cordones llevan un sistema blocante tipo tanca que facilita la labor.
Comenzamos a movernos con ella y enseguida vemos lo que se intuía: es una bota de montaña adaptada: sujeta muy bien el pie, protege, y los 3 probadores que ha tenido este modelo coincidimos en que el ajuste es muy bueno, y la bota cómoda. Esto sí, tras ajustar perfectamente los cordones; algo que en algunas ocasiones hay que realizar tras un rato de uso, una vez que el pie ha asentado perfectamente. Hay que invertir más tiempo, pero en el momento en el que el ajuste es óptimo, es más uniforme y preciso que el de las botas de hebillas. Es una bota que se lleva con escarpín, de mayor grosor que un calcetín normal y en ningún momento, después de una mañana intensa de uso, nos ha generado a ninguno de los probadores rozadoras o molestias. Hemos consultado a otros barranquistas con los que hemos coincidido que las usaban, y ninguno ha manifestado problema al respecto.
Pero una bota de barrancos, aunque tenga que ser polivalente, tiene
que funcionar bien en mojado; de otra forma no tendría sentido su existencia. Así que llegamos adonde se desarrolla la acción: el agua.
Y comenzamos por lo que la mayoría está esperando saber: adherencia de la suela en mojado.
Hemos buscado el resbalón, y una vez más los conceptos no engañan: En mojado, haciendo pruebas pisando en superficie inclinada y mojada, andando sobre la misma, deslizan antes que las fiveten (comparación directa). Sin embargo, es un puntito, no es una diferencia abismal. Por ejemplo, se intentó cruzar por una zona de pasamanos sin emplearlo, en un barranco pirenaico. Todos lo cruzamos, pero los que llevaban Five.Ten con una mayor comodidad que los que llevaban Bestard, que tuvimos que “apretar” un poco más. En realidad, alguno que llevaba otra marca “blanca” de una conocida empresa no lo consiguió.
Son dos botas excelentes. Tanto las Canyoneer como las Bestard. Con dos conceptos diferenciados: una bota más acuática en el caso de las 5.10, una bota más montañera en el caso de Bestard. Si no existiera la Canyoneer diríamos que la bota de Bestard es casi perfecta, con una agarre en mojado sensacional y unas prestaciones compensadas y muy buenas tanto en aproximación como en barranco, y una buen compromiso entre la ligereza, el agarre y la durabilidad. Pero las 5.10, aunque flojean en aproximación, dan mejor resultado en mojado (sin ser malo el de las Bestard).
¿Alguna cosa más a tener en cuenta? Sí: el precio. La bota de la marca mallorquina es más cara. Es -nunca mejor dicho- el precio que hay que pagar por los materiales que le dan mayor durabilidad. Más cara, pero también más duradera. Es algo que ya pasaba con la Canyoneer
profesional (Canyoneer S.A.R., Search & Rescue, un poco menos resistente, pensamos, que ésta, pero por contra, con refuerzos de composite en la puntera que da gran protección.)
Cada cual tendrá que valorar los pros y los contras de ambas botas. Dos modelos muy buenos, que dan por primera vez la opción de elegir entre dos conceptos a la hora de elegir las botas de barrancos.
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